Qué trabajar en cada patología lingüística

Algo importante que nos planteamos cuando nos vienen los niños/as en el aula es qué podemos exactamente trabajar con cada caso. En esta publicación se plantean algunos aspectos generales a trabajar según la patología lingüística del alumnado, pero no hay que olvidar que para poder intervenir de una manera adecuada hay que hacer una buena evaluación que nos indique en qué está fallando el alumnado.

Así, planteo según el trastorno que aspectos se pueden trabajar y en posteriores publicaciones se irán explicando diferentes actividades para ello.

Trastornos de la articulación:
- Dislalias: la intervención será tanto de manera indirecta hacia los aspectos previos al lenguaje, como puede ser la realización de práxias orofaciales en los órganos móviles articulatorios, que poco a poco se deberán ir realizando junto a las vocalizaciones. Como directa sobre los fonemas afectados, buscando lograr así una correcta articulación de éstos y la posterior generalización a su habla espontánea. Esta intervención por tanto se realizará en dos fases, una primera en la que el niño debe realizar correctamente el fonema, con su modo y punto de articulación adecuado, así como intentando que suene con la mejor resonancia posible, y una segunda en la que tendrá que utilizar ese fonema en su entorno adecuadamente, generalizando por tanto su aprendizaje. Sí que debemos tener en cuenta que estas dos fases no van separadas, sino que se superponen durante la intervención, aunque es fundamental realizar correctamente la primera para la segunda.

- Disartrias: debido a que los síntomas son tan diferentes según cada caso (dificultades en articulación, resonancia, ritmo y fluidez verbal, voz o respiración), la intervención variará según cada caso. Así, según Puyuelo se trabajará en la mayoría de los casos: tratamiento de la alimentación, respiración, relajación, postura, motricidad bucofacial, prosodia, voz, y articulación. No hay que olvidar la causa de la disartria ya que ésta marcará la intervención.

- Disglosias: el tratamiento prioritario es la intervención quirúrgica o el uso de prótesis según cada caso, seguidamente del aprendizaje de fonemas ausentes y de los movimientos orofaciales implicados ello. Según Serón y Aguilar (1992) en disglosias se trabaja con ejercicios respiratorios, de relajación, praxias buco-fonatorias y reeducación fonética de fonemas aislados, sílabas y palabras, mediante técnicas activas y pasivas.


Trastornos de la fluidez verbal:
- Disfemia: la intervención se basará en técnicas de relajación, respiración, ritmo y fluidez y técnicas psicoterapéuticas. Será fundamental realizar una buena anamnesis de las situaciones en las que la persona más tartamudea para trabajar sobre ellas. Así, se suele trabajar de manera indirecta, con cuestiones relativas a la relajación y hablando sobre las situaciones de mayor responsabilidad comunicativa para la persona, o directa, con relajación diafragmática e introducción de un patrón de habla lento o rítmico por medio de ayudas como el metrónomo.


Trastornos de la voz:
- Disfonía/afonía: la intervención irá encaminada a la prevención de ésta dando unas pautas de higiene vocal adecuadas, y a ejercicios de respiración, soplo, relajación, impostación y proyección vocal. Es muy importante que los aprendizajes se generalicen, y para ello el niño/a debe aprender correctamente a impostar y proyectar su voz. 


Trastornos del lenguaje: 
- Retraso Simple del Lenguaje (hablantes tardíos): la intervención irá encaminada en crear en el niño la necesidad de comunicarse. Al principio no hay que centrarse en la intervención directa de corrección de las emisiones que no emite adecuadamente, sino que hay que intentar que se comunique todo lo posible mediante en lenguaje oral mediante actividades lúdicas. El primer componente a trabajar será el semántico para ofrecerle un vocabulario básico. Cuando tenga suficiente vocabulario, comenzaremos con el morfosintáctico para que empiece a realizar frases de complejidad más creciente. Por último se trabajará la articulación para hacer su habla más inteligible. Todas estas fases deberán tomar como base la pragmática, procurando la función instrumental para que el niño sea consciente de que el lenguaje sirve para algo.

- En el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) según Monfort y Juárez (1995) se debe trabajar:
-La estimulación reforzada, mediante la capacitación a los padres y madres de sus hijos/as para que puedan ser referentes comunicativos para éstos. Un ejemplo claro, con evidencia científica, es el programa Hanen, el cual según Nuria Senent e Inmaculada Baixauli (2014) es la mejor manera de intervenir con este alumnado. De éste, aunque no se usa en el sistema educativo, podemos extraer algunas pautas para la coordinación con la familia.
-La reestructuración, reforzando el input por medio de gestos de apoyo y facilitando el output con la imitación y los apoyos táctiles y gráficos y entrenando los aspectos previos al aprendizaje, las secuencias temporales y los ritmos.
-La intervención logopédica formal, con praxias bucofaciles que enseñen el punto y modo de articulación, la organización sintáctica y los campos semánticos. Será muy útil intervenir de manera intensa la fonología y la semántica, pues restas inteligibilidad a su habla.
-Los sistemas aumentativos de comunicación, como palabra complementada o comunicación total.

- Afasias: según Gallardo y Gallego (1995) se deberá hacer una doble distinción:
-Si predominan las dificultades expresivas: se trabajará con técnicas de desbloqueo que permitan que la persona emita sus primeras palabras, todo mediante juegos interactivos y lúdicos, técnicas de articulación si hay dificultades en esta área y técnicas de corrección de agramatismos, como completar frases con finales omitidos u omisiones intermedias, construir frases a partir de un verbo con fichas de imágenes, organizar frases con palabras desordenadas, etc. En el caso de no conseguir emisiones, habrá que apostar por un SAAC para facilitar así la comunicación.
-Si predominan las dificultades sensoriales so receptivas: se evitará la jerga o habla logorreica focalizando su atención en otras actividades, incorporando palabras breves y sencillas, relacionando palabras con imágenes, etc. Reconocer palabras en una frase, clasificar objetos, restablecer los sonidos del lenguaje si están afectados, etc.


Explicado todo ello, en otras publicaciones podrán encontrar actividades para trabajar cada aspecto descrito aquí. Pero como he comentado al principio es muy importante tener clara la evaluación del alumno/a ya que ello te dará tu guía para intervenir de la manera más acertada.


 










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